LOS JUGADORES DE POKER

" Un forastero entra en una partida y liga una escalera de color. Apuesta y pone todo su dinero en la mesa. Su adversario enseña un dos, un cuatro ,un siete, un nueve y una jota de distintos palos y empieza a arramblar con el dinero. Nuestro amigo , incrédulo, señala su escalera de color y protesta. El otro señala un letrero en la pared que dice " 2-4-7-9-jota hacen un Gato Viejo. El Gato Viejo gana todo.
Pues bien, nuestro hombre sale del local, repone sus efectivos y más tarde, esa misma noche, se encuentra sosteniendo en la mano el mismísimo Gato Viejo ; cosas de la suerte. Una vez más , apuesta todo lo que tiene. Los dos juegan hasta el último centavo. Se enseñan las cartas. Nuestro hombre despliega su Gato Viejo . Su adversario enseña una pareja de doses y empieza a trincar la pasta. " Ejem", dice nuestro hombre " Usted no tiene más que pareja de doses y yo tengo un Gato Viejo" A lo cual responde su adversario señalando otro letrero en la pared que dice " El Gato Viejo sólo vale una vez por noche" .
DAVID MAMET, Joyas de la biblioteca de un jugador
( La ciudad de las patrañas)
Ganar una buena mano, una suculenta y disputada mano en una partida de póquer , es una de las sensaciones más intensas, excitantes y embriagadoras que uno puede experimentar para distraerse de esta pesada broma que es la vida.
La tensión y la descarga de adrenalina se incrementarán progresivamente cuanto más numerosos sean los envites, y por tanto las subidas de apuestas, en el momento final de la mano, entre los jugadores supervivientes de la misma. Es entonces cuando el póquer adquiere su mejor carta- nunca mejor dicho - de naturaleza y se convierte en un juego oral, de palabras y silencios, y sobre todo psicológico ,de conocimiento o al menos de intuición del coraje o pusilanimidad del contrario, del grado de confianza en si mismo y de cómo amedrentarlo como una pulsión tan esencial y sencilla como efectiva, con impetuosos incrementos de dinero en liza . Lo que podría traducirse en lenguaje castizo por : " Así que ves mis doscientos y subes cien. Pues yo veo tus cien y meto... ¿ Cuánto tienes de resto? ¿ trescientos cincuenta? Pues trescientos cincuenta euros. Si quieres verme las cartas, ya sabes lo que tienes que hacer..."
.....A lo largo de mi vida, salvo en contadas excepciones, las partidas en que me he metido han sido baratas, y en la actualidad no juego más que con los mismos amigos de siempre y arriesgando cantidades modestas que nos mantienen entretenidos desde el crepúsculo hasta el amanecer...."
Mientras llega, sigo leyendo.Un beso a todos
Partes del relato titulado " El Rolls Royce de los juegos de cartas" escrito por JuanBas. Lo he encontrado en la revista nº 1 de " Eñe. Revista para leer". la imagen se titula " Perros jugando al póker" y es de CASSIUS MARCELLUS COOLIDGE
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