La isla de las Especias

Mensajes desde una isla. Viajes, libros, películas, otras islas....

sábado, 23 de octubre de 2010

SIEMPRE ACABAMOS LLEGANDO A DONDE NOS ESPERAN

Las cita no es mía , es de José Saramago, tan preciso y exacto como siempre.


Hacía muchos años que yo sabía que había un lugar que me aguardaba, un lugar que había recorrido en innumerables ocasiones en las mañanas casi frescas del verano, que había soñado, un lugar que conocía pero sólo en la distancia, un lugar que me esperaba.

Después de otros intentos sin éxito, por fin en julio pasado llegué y sí , era cierto, Egipto me estaba esperando.







Me he paseado boquiabierta por los leídos callejones de Maguib Mahfuz, por sus barberías y bazares; he comido en un café con su nombre verduras especiadas y picantes ; he respirado el aire contaminado, espeso y caliente de esa capital interminable; he subido en taxis destartalados, antiguos ( viejos no, antiguos); he oído la llamada al rezo, he oído el rezo dentro de las mezquitas impresionantes; he tomado té con menta en el café de los Espejos mientras los vendedores me ofrecían baratijas ; he comprado pirámides, escarabajos, algún punto de libro hecho en papiro.


Qué maravilla. Un viaje tras otro me sigue emocionando encontrarme exactamente con lo que andaba buscando. Y meses después me sigue recorriendo un escalofrío al pensar en Abu Simbel, en Kom Ombo, en Karnak, en Luxor, en ... sigo teniendo la retina llena de sitios, de piedras, de arena. Había soñado tantas veces con esos lugares, me había paseado en tantas ocasiones por los pasadizos oscuros de los templos y las pirámides intentando comprender , como una obsesión, los jeroglíficos y figuras que lo adornan todo.





Veo la ribera del Nilo pasar despacio desde la cubierta del barco; la franja verde antes de la arena del desierto; los burros y camellos trabajando entre la vegetación, los minaretes altivos sobresaliendo entre palmeras; los colores desvaídos de las casas con ventanas dibujadas en los muros donde no las hay , el agua marrón y densa. Garzas y niños jugando





Y recuerdo un agua azul, cristalina. Una gran pecera rebosante de peces bellísimos y extraños.





Y el calor ,omnipresente, salvaje, desmedido....


Las fotos son de A. y S. Acosta.

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2 comentarios:

  • A las 2:44 p. m. , Blogger Anna ha dicho...

    Tenía ganas de ir a Egipto, pero despues de estas fotos y de leer el texto ¡¡¡¡me muero por ir!!!!

     
  • A las 12:27 p. m. , Blogger Mercedes ha dicho...

    Hola Annita.

    Seguro que te encantaría.
    A mí, seguramente, una de las cosas que más me emocionaba era ver a mi "peque" paseándose por esos bazares y barberías, por las mezquitas; comiendo esa comida diferente... hasta acabó regateando. Todos esperamos volver algún día, pero hasta que llegue...

    FELICES FIESTAS Y UN INMEJORABLE AÑO NUEVO.

     

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